Moshe Hogeg es el nuevo propietario

El Beitar Trump Jerusalén es un equipo de fútbol israelí que ha sido calificado en innumerables ocasiones como la institución futbolística más racista y más radical de Israel. Este apelativo puede quedar obsoleto a partir de ahora. El pasado 22 de agosto, Moshe Hogeg, máximo mandatario del club, realizó unas declaraciones en las que indicaba que la entidad iba a tratar de modificar su política xenófoba de fichajes. «La religión ya no va a ser un factor sustancial en la elección de los jugadores del Beitar», señaló el dueño del conjunto israelí.

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Fuente: Marca

Hogeg adquirió, a principios de agosto, el Beitar Trump Jerusalén después de abonar 7,2 millones de dólares a Eli Tabib, anterior propietario del equipo desde el año 2.013. El nuevo dueño del cuadro israelí empleará una tercera parte del montante total de la operación en saldar las deudas del club. Hogeg es el CEO de Singulariteam, un fondo privado de capital de riesgo, que se encarga de financiar y de proporcionar servicios e infraestructuras a empresas emprendedoras que desarrollan alta tecnología, como inteligencia artificial o robótica. Este hombre de negocios, de 37 años y nacido en Israel, también ha invertido grandes sumas de dinero en el sector de las criptomonedas, como en Blockchain, que es una empresa que permite al usuario efectuar transacciones a través del uso de monedas digitales.

La gestión deportiva de Eli Tabib, anterior dueño del club

Tabib es un empresario israelí que nació en la ciudad de Kfar Saba, que está situada en el Distrito Central de Israel. Tabib fue durante 15 años el propietario del equipo de fútbol de su localidad de origen, el Hapoel de Kfar Saba. El empresario abandonó la presidencia del club tras dejarlo en una absoluta bancarrota económica. Posteriormente, invirtió en la compra de la mitad de las acciones de uno de los conjuntos de fútbol más importantes de Israel, como es el Hapoel de Tel Aviv. Tabib compartía el 50% del accionariado del equipo israelí con el empresario Moni Harel. Los dos mandatarios se enfrentaron en los juzgados, ya que ambos pretendían ser los máximos accionistas de la entidad y así tener el control absoluto de las decisiones que se tomaban en la institución israelí. En el año 2.011, Tabib consiguió sus propósitos, pero tras una pésima gestión económica, el empresario volvía a dejar a un segundo club en la más absoluta ruina.

Aun así, el Hapoel de Tel Aviv logró clasificarse deportivamente para la Champions League. Tabib no aprovechó el incremento de los ingresos del equipo para potenciar la plantilla del club, ya que empleó los beneficios alcanzados por jugar competiciones europeas para gestionar la entidad sin realizar ningún tipo de inversión con su propio dinero. Los aficionados consideraron que no era un fiel seguidor del equipo, por lo que no dudaron en acampar enfrente de su casa para hostigarle diariamente hasta que no vendiera sus acciones a otro propietario, que sí amase al club. Tabib acabó vendiendo la institución al político israelí Haim Ramon.

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Fuente: BBC

En el año 2.013, el empresario oriundo de Kfar Saba adquirió el Beitar Trump Jerusalén, que es el club más importante de esta ciudad. Tabib compró la entidad a Arkady Gaydamak, que es un político israelí de ascendencia rusa. Gaydamak estaba perdiendo dinero con el equipo, y quería salir del mundo del fútbol. Cuando los ultras del cuadro jerosolimitano, conocidos como La Familia, vieron a Tabib en las gradas de su estadio, el Teddy Kollek, entraron en cólera. No podían tolerar que el antiguo presidente del club más progresista de Israel, que es el Hapoel de Tel Aviv, presidiera a su equipo.

El empresario israelí recibió muchos ataque verbales y violentos para que abandonara la presidencia de la entidad. Hace tres años, Tabib fue víctima de un intento de asesinato. Dos miembros de La Familia lo siguieron en una moto y le dispararon tres veces, cuando se disponía a bajar de su coche. Dos balas impactaron en el vehículo y una en la mano del empresario. «Han sido los radicales del Beitar«, se limitó a decir al salir del hospital.

No fue la primera vez que los ultras del cuadro israelí trataron de acabar con su vida. Algunos radicales arrojaron varias granadas de mano y granadas aturdidoras sobre su coche. “El fútbol está podrido. Me han intentado matar. Ahora tengo que pensar si sigo en el mundo del fútbol. Y si sigo en Israel o me largo a Estados Unidos”, comentó el empresario tras sufrir el atentado. Este suceso ocurrió días después de que el club jerosolimitano fichara a dos jugadores musulmanes. Tabib también fue multado por agredir a un menor, miembro de La Familia, que lo insultó y vilipendió delante de su casa. Los ataques personales no acabaron ahí. A principios del mes de agosto de 2.017, el israelí se encontró cerca de su hogar un artefacto explosivo. Esperemos que tras su salida del club, estos actos violentos terminen de una vez por todas.

El cambio de nombre

El pasado seis de diciembre de 2017, Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, reconoció a la ciudad de Jerusalén como la capital israelí. El máximo mandatario estadounidense ordenó trasladar la embajada norteamericana en Israel, que hasta ese momento estaba ubicada en Tel Aviv, a la localidad jerosolimitana. Anteriormente, el Parlamento israelí decretó en julio de 1980 que Jerusalén fuera la capital de Israel. Un mes más tarde, el Consejo de Seguridad de la ONU anuló esta ley y solicitó a los miembros de este organismo internacional, que situaran sus embajadas en la localidad de Tel Aviv.

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Fuente: BBC

Para conmemorar el 70 aniversario de la fundación del Estado de Israel y para celebrar la decisión tomada por Trump, Eli Tabib, anterior dueño del club, añadió el nombre del líder estadounidense al club israelí, por lo que la entidad futbolística pasó a denominarse Beitar Trump Jerusalén. «Esta institución está feliz de honrar al presidente por su amor y apoyo hacia Israel. La directiva del club ha decidido poner al equipo el nombre del presidente norteamericano que ha hecho historia. De ahora en adelante nos llamaremos Beitar Trump Jerusalén«, aseveró Tabib.

Para comprender esta controversia, primero hay que explicar los antecedentes históricos. La II Guerra Árabe – israelí es conocida como la Guerra de los Seis Días. Esta contienda fue un enfrentamiento súbito que se inició en junio de 1967. Las tropas israelíes atacaron de forma fulminante varias bases aéreas egipcias, con el objetivo de que los estados árabes negociasen y estableciesen un pacto con Israel. La población israelí estaba completamente cercada y aislada del mundo por culpa de la ideología propalestina de los dirigentes de los países árabes. Las naciones árabes habían ejecutado una serie de acciones con las que trataban de poner en cuarentena a Israel.

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Fuente: ABC

Los países árabes de Egipto, de Siria, de Jordania y de Irak no se doblegaron y respondieron al ataque. Durante los primeros días del conflicto, las tropas de Israel dominaron la contienda y ocuparon parte del territorio de Egipto, como la Franja de Gaza y la península del Sinaí sin excesivos problemas. Posteriormente, el ejército israelí también se hizo con el poder de las zonas jordanas de Jerusalén Este y de Cisjordania y de la región siria de Los Altos de Golán. Israel conquistó una extensión de 67.000 kilómetros más de territorio en la región de Oriente Próximo.

Tras el fin de la Guerra de los Seis Días, Israel se quedó con el control de toda la ciudad de Jerusalén. Hasta ese momento, una parte de esta urbe era administrada y gobernada por Jordania. Esta ciudad es multicultural y multinacional. Israel considera que la localidad jerosolimitana es una urbe indivisa y unitaria, por lo que no acepta ningún tipo de partición, ni división. El país israelí tampoco consiente que ninguna nación o institución externa supervise y tutele Jerusalén. Israel ni siquiera concede que esta localidad esté bajo la autoridad y la administración de la ONU.

Los ultras son conocidos como La Familia

David Ben-Gurión fundó el Estado de Israel en 1948. A partir de este momento, las instituciones futbolísticas israelíes disputaron las competiciones internacionales de Asia. Incluso algunos clubes de Israel, como el Hapoel de Tel Aviv (1.967) y como el Maccabi de Tel Aviv (1.969), vencieron la Champions asiática. Posteriormente, los estados árabes y los países musulmanes boicotearon y aislaron a Israel. La nación israelí fue expulsada en 1974 de la Federación de Fútbol de Asia por culpa de la presión de sus enemigos políticos. Los equipos israelíes jugaron sus encuentros como si pertenecieran al continente europeo o al oceánico. En 1994, Israel fue admitido como un integrante más de la UEFA, por lo que a partir de entonces, los equipos israelíes disputan las competiciones europeas, como la Champions League o la Europa League.

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Fuente: El Mundo

El Beitar Trump Jerusalén fue fundado en 1.936 por David Horn y por Shmuel Kirschstein. El nombre del club se debe a que Horm era el jefe de la rama local de Beitar. Beitar era un movimiento juvenil que profesaba la ideología del sionismo revisionista. Durante la década de 1940, la mayoría de los futbolistas y de los aficionados del equipo israelí eran integrantes de una serie de organizaciones terroristas clandestinas, que estaban en contra del mandato británico sobre Palestina, como Irgún, que explicaremos posteriormente. Estas organizaciones terroristas tenían una formación militar y sus miembros se inspiraron en el fascismo italiano de Benito Mussolini, antes de que su programa político diera un giro antisemita. Tanto Beitar como Irgún fueron fundados por Vladimir Jabotinsky, que fue el máximo ideólogo de la extrema derecha israelí. El Likud, partido político que gobierna actualmente a Israel, tiene sus raíces en Beitar y en Irgún. El Likud se constituyó como una facción política en las elecciones de 1973, gracias a la fusión del partido liberal con el La’am y con el Gahal, que eran dos partidos de ideología conservadora. Posteriormente, esta agrupación también se unió con el Herut en 1.988. De esta forma, toda la derecha israelí se encuentra integrada en un único partido político.

Los ultras más radicales del Beitar Trump Jerusalén, que se hacen llamar La Familia, son nacionalistas judíos xenófobos, que ejecutan actos violentos y ataques verbales en contra de los árabes. Muchos aficionados de este club israelí han sido detenidos por cometer acciones virulentas. Hace dos años, las autoridades policiales israelíes detuvieron a 56 ultras del club. Estos hinchas fueron acusados de participar en diversos incidentes criminales y delictivos. Tras una ardua investigación policial, que duró alrededor de medio año, unos 400 agentes de policía acusaron y encarcelaron por tráfico de armas, por tráfico de drogas y por la introducción de artículos prohibidos en los estadios de fútbol a más de medio centenar de ultras del equipo israelí.

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Fuente: Playground

El club jerosolimitano sigue siendo el único equipo de la Liga de Israel, en el que nunca ha jugado un futbolista de nacionalidad árabe. Hace cinco años, el conjunto israelí incorporó a los jugadores rusos Zaur Sadayev y Dzhabrail Kadiyev. La Familia se enteró que estos dos futbolistas eran de origen checheno y musulmán, y sus integrantes entraron en cólera. Los ultras trataban de agredir físicamente, insultaban, amenazaban de muerte y miraban con desprecio a sus dos nuevos fichajes. Los jugadores de la plantilla y el cuerpo técnico proporcionaban cariño y afecto a sus dos nuevas incorporaciones. Incluso, los hinchas recriminaron a Ariel Harush, portero y capitán del club, que respaldase y auspiciase a ambos jugadores, con el fin de facilitar y de garantizar una temprana adaptación en la entidad.

Darío Fernández, centrocampista argentino, que jugó en el cuadro israelí en ese momento narró el traumático día a día de los dos futbolistas. “Me causaba impotencia ver lo que pasaba. La hinchada venía a los entrenamientos a escupir, a insultar y a tirarles piedras a los chicos chechenos sólo por su religión. Todo era un caos. Un grupo de hinchas puso una bomba, e hizo explotar una molotov en el vestuario, que provocó un incendio. Los dos jugadores tenían que estar las 24 horas con guardaespaldas», señaló el jugador sudamericano. Tras el fichaje de estos dos futbolistas, algunos integrantes de La Familia fueron detenidos por incendiar las oficinas y la sala de trofeos del club israelí como forma de protesta. Varios de los ultras encarcelados tenían una serie de antecedentes penales por agresiones físicas a ciudadanos árabes, afincados en Jerusalén. Eli Tabib, propietario en ese momento del club, también recibió muchas amenazas de muerte por parte de los miembros de La Familia. Tabib es odiado por un gran número de los radicales, ya que como he mencionado anteriormente, fue dueño del Hapoel de Tel Aviv, un equipo israelí mucho más progresista que el Beitar Trump de Jerusalén, y en donde las aficiones de ambos equipos están ideológicamente enfrentadas.

Sadayev anotó su primer gol con la camiseta amarilla, en el estadio Teddy Kollek, contra el Maccabi Netanya. En ese instante, unos 300 aficionados de su equipo abandonaron el campo como forma de protesta y de indignación. Estos hinchas se fueron del estadio bajo el aplauso del resto de la grada local. Durante los meses siguientes, La Familia dejó de asistir al campo como señal de desaprobación. Los ultras no volvieron a ocupar sus asientos hasta que estos dos futbolistas no abandonaron la disciplina israelí.

En realidad, Sadayev y Kadiyev no fueron los primeros jugadores musulmanes en recalar en el cuadro jerosolimitano. En el año 2005, Ndala Ibrahim, futbolista musulmán de origen nigeriano, fichó por el Beitar Trump Jerusalén. Ibrahim llegó al conjunto israelí, cedido por el Maccabi de Tel Aviv. El futbolista africano disputó cuatro partidos con la escuadra amarilla, antes de volver a su club de origen, por culpa del hostigamiento que estaba recibiendo por parte de La Familia.

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Fuente: Marcador internacional

El Beitar Trump Jerusalén es el equipo más importante de la capital israelí y ha ganado seis campeonatos ligueros y siete copas de Israel. Los ultras sueñan con un Israel puro, y no dudan en exhibir pancartas, en donde reflejan unos mensajes muy contundentes. Estos aficionados muestran un fuerte sentimiento antiárabe. Los seguidores promueven la pureza del club y ejercen una asfixiante presión sobre los dirigentes del equipo. Dos cánticos suelen resonar en el  Teddy Kollek, estadio del conjunto israelí: «Muerte a los árabes» y «Mahoma es homosexual». Toda La Familia grita al unísono estas dos aseveraciones xenófobas ante la pasividad de las autoridades del país, ya que el Presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, es aficionado del club, e incluso le otorgó el año pasado un premio a la institución por su lucha contra el racismo. El pasado 23 de agosto, La Familia publicó en redes sociales un mensaje en el que aseguraba que dejarían de lado los cánticos racistas «para no perjudicar al club«. En las próximas jornadas podremos comprobar si cumplen su promesa.

La ideología de La Familia: el sionismo revisionista

El principio básico de la ideología política del judaísmo es el judaísmo político. El judaísmo político es denominado como sionismo. Por lo tanto, el sionismo es un movimiento político que propugna la idea de que los judíos son un pueblo que tiene una patria y que ha de perseguir una serie de objetivos. No todos los judíos apoyan los ideales políticos que defiende el sionismo, porque el sionismo es una ideología política.

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Fuente: The Independient

El mentor y el padre intelectual del sionismo fue el escritor austrohúngaro Theodor Herzl. Herzl escribió en 1896 un libro titulado El Estado judío. El término sionismo procedía de la palabra Sion, que significa Patria judía. Los sionistas identifican a su patria con el Estado de Palestina. El concepto de Sion proviene de la Biblia, ya que Sion era el nombre de una fortaleza conquistada por el rey David, que estaba situada en la actual ciudad de Jerusalén. La idea de que Palestina era la patria exclusiva de los judíos fue simplemente una construcción intelectual. Esta construcción intelectual procedía de los designios que dictaba la ideología política sionista.

El sionismo es un nacionalismo que está basado en una tradición inventada. Esta tradición inventada es propagada y cultivada por el Estado de Israel desde su fundación en 1948. Sin embargo, los orígenes intelectuales del sionismo aparecieron a finales del siglo XIX, a partir de la publicación del libro del escritor austrohúngaro.

Palestina era una región multicultural, multireligiosa y multinacional, en la que residían ciudadanos cristianos, árabes y judíos, y en donde los habitantes judíos eran una minoría. Sin embargo, los sionistas defendían la idea de que Palestina era una patria exclusiva de los judíos y afirmaban que ese territorio no era la patria de ninguna otra raza, nacionalidad o religión. Por lo tanto, el nacionalismo judío era excluyente.

Herzl aseveraba en su libro que el pueblo judío había sido perseguido a lo largo de toda la historia de la humanidad, por lo que indicaba que la población judía aspiraba a tener una patria y un Estado propio. El escritor señalaba que ese territorio propio tenía que ser Palestina, por lo que abogaba por la expulsión de todos los ciudadanos cristianos y árabes de ese país. El autor defendía un nacionalismo judío que tenía una visión excluyente. Esa visión excluyente era muy típica en la ideología nacionalista surgida a lo largo del siglo XIX.

Herzl comentaba que los ciudadanos judíos siempre habían intentado asimilar las diferentes culturas y las diversas costumbres de los estados en los que habían residido. El escritor también alegaba que el pueblo judío se había recluido en distintos grupos de población, en donde unos grupos estaban muy separados de los otros. Por eso, el autor respaldaba una tesis etno-nacionalista, que implicaba un retorno y una reagrupación de la población judía, que estaba dispersada por todo el mundo, hacia la Patria judía, que era el territorio de Palestina. La reagrupación del pueblo judío en Palestina era el elemento central que defendía la ideología política del sionismo.

Los argumentos que empleó Herzl para determinar a Palestina como la Patria judía fueron los diversos relatos existentes en la Biblia. El escritor indicaba que el pueblo judío había sido perseguido desde la Antigüedad. El autor también afirmaba que la población judía siempre había estado excluida y ninguneada por las otras culturas del mundo. Herzl señalaba que lo único que podían hacer los ciudadanos judíos ante estas injusticias era establecer su propio Estado, en donde pudieran habitar en paz todas las personas de origen judío del mundo.

Aun así, muchos judíos no estaban de acuerdo con la idea de la reagrupación judía en el Estado de Palestina. Un sector de la población estaba convencido de que los ciudadanos judíos ya formaban parte y ya estaban totalmente integrados en las distintas comunidades europeas en las que habitaban, porque el pueblo judío siempre había intentado asimilar las diferentes culturas y las diversas costumbres de los estados europeos en donde había residido.

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Fuente: The Independient

Una facción del movimiento sionista judío proclamó la fundación del Estado de Israel en una parte del territorio de Palestina. Esta iniciativa estuvo encabezada por el líder del movimiento sionista laico y moderado David Ben-Gurión. El político israelí defendía la idea de que el pueblo judío siempre había sido perseguido a lo largo de la historia por todas las etnias, las culturas y las religiones existentes en el mundo, por lo que indicaba que la población judía aspiraba a tener una patria y un Estado propio. El político señalaba que ese territorio propio tenía que ser Palestina, por lo que abogaba por la expulsión de todos los ciudadanos cristianos y árabes de ese país. Ben-Gurión defendía un nacionalismo judío que tenía una visión excluyente. De este modo, el movimiento sionista judío fundó el Estado de Israel en mayo de 1948.

El movimiento sionista judío estaba dividido en dos bloques. El primer sector, que fue el que proclamó el Estado de Israel, estaba formado por un movimiento sionista judío que defendía un nacionalismo laico y moderado. Esta agrupación estaba vinculada políticamente e ideológicamente con el Partido Laborista. El Partido Laborista israelí gobernó a Israel desde 1948 hasta la década de 1960. Los principales líderes laboristas que ostentaron el poder de Israel fueron Ben-Gurión y Golda Meir. El Partido Laborista israelí pretendía mantener y perpetuar el Estado de Israel.

El segundo sector estaba formado por un movimiento sionista judío, que se denominaba como sionismo revisionista. Esta agrupación política defendía un nacionalismo ultrareligioso y radical. A partir de la década de 1960, los políticos que han defendido las ideas planteadas por el sionismo revisionista han dirigido mayoritariamente el Estado de Israel. Este bloque estaba relacionado con IrgúnIrgún era una milicia que había surgido durante la etapa de Entreguerras, y que se dedicaba a cometer actos y atentados terroristas contra las autoridades británicas que controlaban Palestina. Uno de los principales líderes de esta organización terrorista fue Menájem Beguín.

Irgún consideraba que las fronteras dictadas en la resolución de la ONU en 1947  las fronteras establecidas en mayo del año 1948 tras la proclamación del Estado de Israel eran insuficientes. La organización terrorista creía que todas las regiones del territorio palestino, que no formaban parte del estado israelí, también pertenecían realmente a la Patria judía. Además, Irgún señalaba que la zona de Transjordania, que era el territorio que estaba en la margen izquierda del río Jordán, tenía que formar parte de Israel. El Likud, que es el partido político que gobierna actualmente la nación israelí, es heredero de Irgún. Varios presidentes de Israel, que eran líderes políticos de Likud, como Ariel Sharón y como Menájem Beguín, habían sido guerrilleros y habían pertenecido anteriormente a esta organización terrorista.

Realizado por Eduardo Acín (periodista)

Bibliografía:

Bastenier, Miguel ÁngelIsrael-Palestina. La casa de la Guerra. Madrid, Taurus, 2002.

Ben-Ami, ShlomoHistoria del Estado de Israel: génesis, problemas, realizaciones. Madrid, Rialp, 1981.

Herzl, TheodorEl Estado judío. Jerusalén, Organización sionista argentina, 1960.

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