El 2 de julio, en Mundo Nogomet amanecimos con la noticia de que LeBron James había decidido firmar un contrato de 154 millones por 4 años con la mítica franquicia de los Lakers. De esta manera, Magic Johnson, presidente de operaciones del equipo, conseguía su ansiada piedra angular para volver otra vez a la escena baloncestística.

LeBron James se decantó por firmar por la franquicia de oro y púrpura. Ya lo llevaba un tiempo avisando: “Hay un 50% de opciones de ir a los Lakers, un 40% de quedarme en Cleveland y un 10% de ir a los Sixers”, decía.

Cartel LJ Lakers

Presentación de LeBron James por los Lakers. Fuente: nba.com

Algunos entendidos en la materia no imaginaron en ningún momento que LeBron se cambiaría de Conferencia, ya que el oeste ha sido este año una auténtica salvajada. Creían que quizás lo más sencillo era irse a Philly para unirse a un equipo joven, talentoso, y de esta manera convertirse prácticamente en el favorito para llegar a las finales por el cuadro del Este.

Porque como ha dicho el mismo muchas veces, “mi motivación es el fantasma que persigo; jugó en Chicago”.

Pero seamos sinceros, LeBron James ya no tiene que perseguir fantasmas, ni tiene que demostrar nada a nadie. Cada año nos ha ofrecido versiones mejoradas de él mismo, hasta tal punto de hacernos dudar si de verdad Jordan seguía siendo el mejor de la historia. Aunque todavía se escuche el eco de aquellos que dicen “Air es mejor porque ha ganado 6 anillos, y James solo 3”.

Mas como escribió Ray Allen en su carta de despedida, “los campeonatos son casi secundarios comparando con el sentimiento de que levantarte cada mañana y ponerte a trabajar. Los campeonatos son como cuando te sentabas en clase en UConn con la camisa y la corbata. Son solo la culminación. En el arduo camino a esos momentos, como cuando caminabas por el campus en esa callada mañana de otoño en Connecticut, es donde encontrarás la felicidad. De verdad te lo digo, desde lo más profundo de mi corazón: lo importante en la vida es el viaje, no el destino. Y ese viaje te cambiará como persona.”

O más simplificado, “LeBron es una leyenda; no necesita más anillos” (Shaquille O’Neal).

El Rey ya se ha ganado un lugar en el Olimpo, eso es indiscutible. Tiene 33 años, lleva 15 en la NBA, y LeBron James ha sentido que esta decisión debía tomarla pensando en él y en su familia. Y para ello los 76ers quedaban totalmente descartados. Porque en Philadelphia no tenían casa ni conocían a nadie. Y por otra parte, si un padre tiene la posibilidad de ver crecer a sus hijos en Cleveland o en Los Ángeles (dos lugares en los que sí tenían casa y conocidos), creemos que no hay muchas dudas a la hora de elegir: nos quedamos con California.

Faltaba saber cómo se lo tomarían los aficionados. Porque cuando se fue a los Miami Heat se convirtió en un traidor, en el enemigo público número uno de Cleveland. Se grabaron vídeos quemando camisetas con el 23 a la espalda, y luego se colgaban en YouTube, mientras se llenaban de comentarios de toda clase de índole.

Ahora el Hijo Pródigo ha decidido volver a irse, pero esta vez las reacciones han sido muy diferentes. Esta es la carta de Dan Gilbert, el propietario de los Cavs:
«Siempre recordaremos la noche del 19 de junio de 2016 en los Cavaliers. Liderados por LeBron James acabamos con 52 años de sequía con un campeonato que muchos creyeron que no verían nunca… un campeonato que ha unido a generaciones de ‘clevelanders’, tanto que aún viven como que ya no están.
Nada de esto hubiera pasado si LeBron James no hubiera aceptado volver y liderar a los Cavaliers a la tierra prometida. La franquicia entera agradece a LeBron por ese precioso momento y por todo el éxito que ha traído a nuestro equipo durante cuatro apariciones seguidas en las Finales de la NBA.
LeBron es un hombre de familia, lo primero. Le deseamos lo mejor a sus hijos, a su mujer Savannah, a su madre Gloria y al propio LeBron. Nada más que lo mejor en los próximos años y décadas. La conexión con Akron, Cleveland y todo el norte de Ohio se mantendrá siempre, igual que su apoyo a importantes causas para muchos niños y familias de la región.
LeBron: volviste a casa y conseguiste el objetivo. No tenemos nada más que aprecio y gratitud por lo que has hecho en cada momento con la camiseta de los Cavaliers. Veremos tu camiseta con el ’23’ retirada algún día»

También han retirado un enorme cartel que cuelga en el centro de Cleveland – ya lo quitaron en 2010 – y miles de aficionados decidieron ir a hacerse la última foto para recordarlo para siempre.

Cartel LeBron

Cartel de LeBron James en Cleveland. Fuente: Marca

Porque esta vez LeBron se ha ido para no volver. Porque el tiempo pasa, y nuestros héroes de infancia, aquellos con los que algunos empezamos a querer este deporte, también se van haciendo mayores a la par que nosotros. Y la marcha del Rey le va acercando, lenta pero irremediablemente, un poquito más al fin de su carrera.

Y hablando de héroes de infancia… A mí déjenme soñar, pero… ¿no creen que sería bonito ver a LeBron James jugar junto al viejo Kobe Bryant?

Acerca del autor