Lo que empezó siendo algo anecdótico y novedoso, se ha convertido en poco tiempo en algo usual y mediático. Iniesta y Fernando Torres, con sus respectivas salidas a la liga japonesa, los últimos en salir a la aventura.

Autor: ESPN
En los últimos tiempos, se ha puesto de moda los numerosos futbolistas que parten a países exóticos y, futbolísticamente hablando, “tercermundistas”, firmando contratos multimillonarios. Los hay quienes son estrellas mundiales que no aguantan el ritmo del fútbol europeo, buscando seguir jugando a fútbol a un nivel inferior. Otros que buscan salir del foco mediático europeo. También los habrá que busquen experiencias diferentes a lo que estamos acostumbrados. Y, por otro lado, aquellos jóvenes o jugadores en etapa de madurez futbolística, que buscan contratos muy bien remunerados, para hacer caja a través del fútbol.
No vamos a juzgar a nadie, ni somos quiénes para hacerlo. Cada cuál, tomará las decisiones que crea oportunas en cada momento de su vida, con las consecuencias de todo tipo que pueda conllevar tales hechos. No olvidemos que también hay muchos entrenadores, directores técnicos… que realizan lo mismo, teniendo en cuenta que el fútbol europeo (y español tras el Mundial 2010) está muy bien cotizado fuera, lo que hace que se pague bastante bien y se tenga un buen nivel de vida.
Sin meternos en un nivel subjetivo y opinativo, nadie podrá negarnos que se hace difícil ver a jugadores de la talla de Kaká, Iniesta, Torres… fuera de nuestro fútbol. Jugadores que se convirtieron en su día en ídolos de todos nosotros y que jugaron en las mejores competiciones del Mundo, los vemos ahora en círculos mediáticos montados en países como Qatar, China, Japón, EEUU… rodeado de millones de aficionados, alucinando con las figuras que pueden apreciar in situ. Han pasado de pagar millonadas para que los clubes de mayor nivel mundial disputen sus amistosos en sus tierras en pretemporada, a atraer a esos jugadores para tenerlos en el día a día en sus estadios. Porque jugadores como Andrés Iniesta, siguen estando para jugar a buen nivel en Europa. Quizás no en el FC Barcelona (algo muy discutible), pero sí en cualquier equipo de nivel medio-alto por todo el viejo continente. Sin embargo, prefieren aislarse del fútbol de primer nivel y salir a otras culturas y otros países, muy diferentes. Eso sí, con un contrato que cualquiera cogiese. Además, de numerosos negocios privados y ajenos al fútbol que pueden llevar a cabo en esos países, como es el caso de Andrés Iniesta y sus negocios con el vino.
Jugadores como Kaká, Ibrahimovic, Villa… que han salido a la MLS, más allá de hacerlo por el beneficio económico, puede tener una razón privada y familiar. ¿A quién no le gustaría vivir en un país como Estados Unidos? Sus familias lo agradecen y pueden disfrutar de experiencias increíbles. Además, seguirán defendiendo la competitividad de la MLS, como es el caso de David Villa, que sigue mostrando su candidatura a la selección española desde allí. Pero, el caso de Xavi Hernández y Qatar… Vivir en una burbuja, fuera de la sociedad, a cambio de millones y millones de euros. Faltando a su ideología en todos los aspectos, y apoyando una forma de vida que, a su vez, critica por otros lados. ¿De verdad merece la pena ser hipócrita por tanto dinero? Cada cual que lo juzgue como quiera, también tendrá sus argumentos. Aunque deportivos, lo dudo mucho.
Paulinho, China y el FC Barcelona. Los tres actores para una larga historia que contar. Resulta que el brasileño firma en China para ganar sus millones, vuelve al FC Barcelona (jugando a gran nivel, todo sea dicho) para jugar el Mundial y posteriormente vuelves a China para seguir ganando dinero. Si has competido a nivel mundial y siendo importante, ¿para qué volver a China? ¿Acaso será para ganar dinero y no tener que competir ni trabajar en demasía? Porque si vas a China por el ámbito deportivo, ¿por qué volver justo el mismo año del Mundial? Si tan exigente fuese la liga, podría ir a la selección de igual manera. O… ¿hay otros intereses económicos detrás entre los tres actores y alguno más que siempre se suma a la fiesta? Recuerden dónde se encuentra Rossell en la actualidad.

Autor: El País
Los últimos casos los encontramos en Andrés Iniesta y Fernando Torres, que han decidido firmar sus nuevos contratos en Japón. El primero, al sexto clasificado actual de la primera división, disputó media hora en su primer encuentro. El estadio lleno, solo para verlo a él. Torres, por su parte, ha llegado a un equipo en descenso. Sí, ¡en descenso! Jugó cuarenta minutos en su primer encuentro, sin anotar ningún gol. Eso sí, el cántico a su figura lo realizaban todos al unísono con una pronunciación perfecta. La pregunta sería qué aportan ellos a Japón y viceversa. La respuesta es una: dinero, dinero y dinero. En esto se ha convertido este mundo del fútbol, paralelo a la sociedad por completo.
Apreciamos por la televisión y las redes sociales, la magnitud mediática a la que llegan el aterrizaje de tantas estrellas a estos países. Miles y miles de personas jaleando y entusiastas por verlos en persona y de cerca, en su país. Pero habría que reflexionar sobre la situación actual de esos países. ¿Qué pensarán en Qatar de la falta de libertades cuando se gastan el dinero que han invertido en jugadores, estadios…? Lo mismo, si quieren llegar al nivel futbolístico de Europa, deberían empezar con ser atractivos para la gente, más allá del ámbito económico, que ya sabemos que dominan, y a la perfección. Es más, ese fenómeno comenzó con la llegada de inversores chinos, qataríes… a clubes europeos, y que también han dinamitado nuestro mercado. Los dejamos hasta el punto, que ahora quieren llevarse las joyas a su propio territorio. Por ahora, han empezado con los más veteranos. Pero no sabemos hasta dónde son capaces de llegar.
Ahora el turno es del fútbol, del de verdad. Del que vivimos en el día a día y los que tenemos la suerte de vivir en el primer mundo futbolístico. Debemos elegir entre dinero o calidad, entre fútbol o marketing. En el circo mediático que vivimos en la actualidad, donde todo se mueve en torno al dinero, es la hora de que pongamos límites a la riqueza, y aboguemos por lo que es nuestro y por lo que todos tenemos en común: el amor al deporte y al fútbol.
Creado por Sergio Varo (@srgvaro)