Esta sudanesa se ha convertido en la primera mujer árabe en entrenar a un equipo de fútbol masculino en el mundo árabe.
Salma al-Majidi realmente ha hecho historia entrenando a este equipo de fútbol, teniendo en cuenta lo restrictivo que es el gobierno de Sudán con los derechos de las mujeres. Desde 1983 este estado está dirigido por un gobierno islámico que reduce sistemáticamente la presencia de mujeres en espacios públicos y cuenta con la llamada ley de la modestia. Una de las consecuencias de esta ley es la inexistencia de una selección femenina de fútbol. Pese a no estar prohibido no hace falta, el carácter conservador de la sociedad hace muy complicado que un equipo formado por mujeres prospere.
Sin embargo, esta hija de un policía a los 16 años quedó “totalmente enamorada” de este deporte al ver al entrenador de su hermano cómo dirigía a los niños.
Salma acudía a los entrenamientos y seguía atentamente sus directrices, sus gestos, como colocaba los conos,… y tras los entrenamientos hablaba con el entrenador para comentar las diferentes tácticas.
Pero como en Sudán no hay equipo femenino sabía que su única opción para poder desarrollar su verdadera pasión era entrenar a un equipo masculino, pese a no ser algo sencillo.
Gracias a que al entrenador de su hermano le dio la oportunidad de trabajar con él porque “vio que tenía un don para el entrenamiento” pudo comenzar a trabajar. Ahora ha hecho historia en el fútbol, pero todo empezó entrenado a dos equipos juveniles (Sub-13 y Sub-16) del Al Hilil, un club de Omdurman. La joven confiesa que no fue sencillo trabajar con adolescentes, tuvo que ser fuerte para hacerse con ellos.
También confiesa que “Al principio, algunos jugadores no colaboraron conmigo solo porque yo soy mujer». El hecho de que una mujer entrene a un equipo de fútbol es un tema muy complicado en su país. Tal y como explica la entrenadora «Sudán es una agrupación de tribus y algunas de ellas creen que una mujer debe estar confinada en casa. Había un muchacho que rechazaba escucharme. Me había dicho que pertenecía a una tribu que creía que los hombres nunca deben aceptar órdenes de las mujeres». Le costó unos meses hasta que consiguió que le aceptara como entrenadora, pero finalmente lo logró. Ahora el sueño de esta diplomada en contabilidad y gestión es formar un equipo femenino en su país y llevarlo a lo más alto. «El fútbol es mi primer y último amor», confiesa Majidi, a quién también le gustaría entrenar a un equipo fuera de su país.
En su club Al Ahly Al Gadaref, sus integrantes la llaman “hermana entrenadora”. El delantero Majid Ahmed cuenta que «Al principio, la gente en la calle nos llamaba los Hijos de Salma. En la escuela tenemos mujeres profesoras, ¿cuál es el problema en tener una mujer entrenadora?»
Salma, que fue criada en una familia conservadora tuvo que luchar para que sus deseos fueran aceptados por su familia. También comenta que un tío suyo la criticaba mucho por ser entrenadora, pero este cambió de opinión cuando vio que la grada coreaba su nombre.
Salma al-Majidi es todo un ejemplo a seguir y por ese motivo no sorprende que figurara en la lista de las “100 mujeres inspiradoras” que realizó la BBC en 2015. Ella ha sido la primera, pero esperemos que haya muchas que sigan su ejemplo.