En una ajustada final, el Real Madrid superó al Baskonia por 80-73. Primer título oficial de la temporada 2018-2019 para el conjunto de Pablo Laso que amplía su racha ganadora.

Santiago de Compostela ha albergado una nueva edición de la Supercopa ACB, una competición que desde 2004, sirve como antesala de la liga regular. Un título que dadas las fechas, no marcará el devenir de la temporada, pero cuya consecución siempre es positiva para reforzar la moral del equipo que la conquista.

La primera semifinal entre Barcelona y Baskonia estuvo marcada por dos mitades claramente diferenciadas. Tras un primer cuarto presidido por la igualdad, el Baskonia impuso su ley en los tableros y llegó al descanso con una ventaja de 34-49. Garino martilleaba el aro del Barcelona constantemente y Poirier se hacía el amo y señor de la zona, con un Vildoza muy acertado en la dirección y Shields causando estragos con sus entradas a canasta. Interesante sin duda este fichaje baskonista que apunta a ser una de las revelaciones de la temporada.

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Autor: Marca

Tras el descanso, el Baskonia logró rentas cercanas a los 20 puntos y el Barcelona parecía naufragar. Pero entonces apareció el orgullo del conjunto de Pesic. Bajo la dirección de Pangos, un base que la pasada temporada se consagró en el Zalguiris, comenzaron a llegar los puntos de Kuric y del letón Smits, un interesante alero capaz de anotar de larga distancia como sacar partido de su envergadura en la pintura. Al Baskonia se le empezaba a atragantar la defensa del Barcelona y las diferencias bajaban de la barrera psicológica de los 10 puntos.

En el último cuarto el Barcelona consiguió asegurar el rebote y tras varios triples de Kuric y Singleton se reducían las diferencias hasta situarse a un solo punto en el marcador (72-73) Pero entonces apareció Toko Shengeila para anotar varios puntos claves que mantuvieron al Baskonia con vida. El Barcelona tuvo incluso la posesión para forzar la prórroga, pero el tiro de Kuric no encontró destino y su equipo murió en la orilla. Interesante el proyecto de Pesic aunque no obstante, aún debe ajustar todas las piezas para encontrar la regularidad necesaria.

La segunda semifinal medía al anfitrión, Obradoiro, frente al Real Madrid. Sobre el papel los pupilos de Laso parecían favoritos, pero el conjunto local no parecía dispuesto a dar facilidades. Con una plantilla joven que apuesta por jugadores en formación, no en vano del Obradoiro han salido Muscala, Maxi Kleber, Rosco Allen, Pustovyi o Mejri, el conjunto de Moncho Fernández ha logrado consolidarse en la ACB haciendo de Fontes do Sar un fortín.

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Autor: AS

El inicio del partido mostró desde el principio que el Real Madrid iba a por todas. La  defensa de Edy Tavares y Jeff Taylor asfixiaba al Obradoiro y un inspirado Anthony Randolph anotaba con gran facilidad, demostrando que cuando puede ser un jugador muy importante si vuelve a recuperar la confianza en su juego. Sin embargo el Obradoiro fue entrando poco a poco en el partido con los triples de Stephens, la garra de Pozas, la intensidad de Spires y la irrupción de Vasileadis y Navarro. Así se llegó al descanso con victoria parcial madridista por 34 a 40.

Al inicio del tercer cuarto, el Madrid subió la presión y sentenció la semifinal con un vendaval de puntos y una defensa que desquició el ataque del Obradoiro. Los pupilos de Moncho Fernández no encontraban respuestas a los triples de Llull, las penetraciones de Casseur y a la solidez de Tavares en la pintura. El  tercer cuarto terminó con 8-28 de parcial que dejaba el partido con un 42 a 68 favorable al Real Madrid.

El último cuarto dejó pinceladas de las grandes condiciones que reúne el joven alero madridista Gabriel Deck, quien demostró que puede formar una interesante pareja con su compatriota Facundo Campazzo. Tras un intercambio de canastas, el Obradoiro tiró de orgullo y logró reducir las diferencias hasta el definitivo 61-81, en un partido en el que el Real Madrid hizo valer la mayor experiencia y profundidad de su plantilla.

La final de la Supercopa enfrentaba a dos viejos conocidos, el Real Madrid y el Baskonia, campeón y subcampeón respectivamente de la pasada liga ACB. Dos equipos  que se conocen de memoria y con grandes jugadores en sus filas. El partido comenzó con una gran intensidad, pero el Real Madrid golpeó primero, sacando partido del poderío físico de Edy Tavares y de la garra de Sergio Llull para ponerse por delante con un parcial de 8-0. Sólo el infatigable Poirier evitaba que el Madrid aumentara su ventaja. Pero la marcha de Tavares y de Jeff Taylor permitió al Baskonia ir limando las diferencias hasta situar el marcador en un 20 a 21 al final del primer cuarto.

Pronto, en el segundo cuarto, el rumbo del partido cambió muy deprisa gracias a la sorprendente versión anotadora de un intenso Illimane Diop y a las ayudas de Shields y Garino. Al Madrid se le atragantaba la defensa del Baskonia y sobrevivía gracias al rebote ofensivo. Llegaron así diferencias que rondaban los 8 puntos a favor del conjunto vitoriano, pero entonces el Madrid activó el modo supervivencia y con un Ayón imperial en ataque, logró un parcial de 12 a 0. De nuevo la casta del Baskonia revertiría la situación y tras varios intercambios de canastas se llegó al descanso con ligera ventaja baskonista por 42 a 44.

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Autor: Marca

El tercer cuarto fue uno de esos duelos tácticos que caracterizan a los grandes partidos y con un ritmo impropio de estas alturas de la temporada. Llull y Randolph anotaban canastas de mucho talento y dificultad, pero el Baskonia respondía a los golpes con el talento de Vildoza, la velocidad de Shengeila y las entradas a canasta de Shields, un alero con unas condiciones realmente interesantes. Pero entonces apareció el esloveno Klemen Prepelic para enjugar la diferencia de 6 puntos que tenía el Baskonia y dejar el marcador en un ajustado 61 a 62.

El último cuarto arrancaría con la máxima igualdad, pero sería determinante una vez más la profundidad de la plantilla madridista. Prepelic, muy acertado en el tiro, ponía al conjunto de Laso 5 puntos arriba, y después Gabriel Deck se inventó un canastón con tiro libre adicional que dejaba el marcador 71 a 64 en el minuto 33. No se rendiría el Baskonia, con Diop y Shields dispuestos a revertir el 10 a1 de parcial, pero entonces apareció un jugador que se mueve como nadie en este tipo de partidos, Facundo Campazzo. El base argentino se echó a su equipo a la espalda para anotar varias canastas que dieron la puntilla al Baskonia hasta establecer el definitivo 80-73 en el marcador.

La victoria madridista supone su quinta supercopa y el decimosexto título de la era  Laso, poniendo fin a cuatro años de sequía en esta competición. Pero por encima de todo, la mejor noticia para el Real Madrid es la plena recuperación de Sergio Llull. El base menorquín, MVP de la supercopa con 16 puntos de media, ha demostrado haber dejado atrás la grave lesión de rodilla que sufrió la temporada pasada y que sigue siendo un jugador totalmente determinante.

Creado por Rafael Roldán

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