Hoy conectamos con ese espíritu aventurero que nos lleva a unificar deporte y naturaleza. En concreto, una de esas prácticas que asemejan darnos la capacidad de controlar a nuestro antojo la fuerza del agua.
Hablamos del denominado balsismo, rafting o, más popularmente, descenso de ríos. Y como queremos que te aficiones, si no lo has hecho ya, te proponemos, a continuación, una opción alternativa para cada día de la semana. Por lo que si quieres idear una ruta semanal, en la que experimentar distintas posibilidades en lo que respecta a este deporte, este es el momento. Toma nota.
Río Sella en canoa (Asturias). Damos comienzo con aquel río cuyo descenso, se ha convertido en una competición internacional de renombre: les piragües o descenso internacional del Sella. Dentro del mismo hay hasta cinco modalidades en las que poder participar y recorridos inferiores a los 4 kilómetros para los menores de edad. El trayecto original consta de quince kilómetros y se remonta al año 1929, en donde aconteció con carácter meramente recreativo y su distancia se limitaba a una tercera parte de lo que es en la actualidad.
Río Segura en banana (Murcia). Otra de las alternativas que tienes es aventurarte en grupo, a bordo de un banana boat, que se trata, ni más ni menos, de una embarcación hinchable y con la forma de esta fruta (de ahí su nombre) con capacidad para entre cinco y ocho personas en su variante sencilla y hasta para doce personas en su formato triple. Así que si no te animas a practicar este deporte de manera individual, ya no tienes excusa. Se aconseja, especialmente, la zona murciana de Cieza y Blanca, en la que encontrarás diversas empresas de turismo activo que te aportarán los medios necesarios. Se adapta a todas las edades y, además, podrás disfrutar de un paisaje sin precedentes, de un alto valor ecológico.
Río Genil en balsa neumática (Andalucía). Descender este río te permitirá, además, conocer gran parte de Andalucía. A su paso por las provincias de Granada, Málaga, Córdoba y Sevilla, recorrerás en grupo varios tramos de rápidos. Tienes, a grandes rasgos, dos posibilidades: una ruta familiar, apta para todos los públicos y de dificultad baja, o bien, una de aguas bravas con dificultad media-alta.
Jábaga (Cuenca) en piragua. Existen cursos de piragüismo para navegar las aguas del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y en ellos podrás mejorar tu remo, giros y aprender a manejar la embarcación con relativa facilidad. Hay diversas empresas multiaventura que ofrecen esta opción. Solo tienes que echarle ganas.
Alto Tajo en kayak, Taravilla (Guadalajara). Igual que sucede en el caso anterior, también en el área de Castilla La Mancha, puedes conocer de cerca el uso de una piragua alpina, conocer toda la técnica de paleo, así como de control de la embarcación y aprender a leer el transcurso del río. Es importante, que en cualquiera de estas actividades sepas distinguir las zonas de seguridad de aquellas que no lo son, una vez dentro del río. Para quienes tienen experiencia, la época que va de noviembre a mayo es la de mayor agitación de las aguas.
Alto Tajo y aguas bravas. Povedra de la Sierra (Guadalajara). Como decíamos, el Alto Tajo da para mucho. Una de las alternativas que te ofrece es adentrarte en su mayor estado de libertad, donde tu adrenalina estará más activa que nunca. Te hablamos de las aguas bravas a su paso por Povedra de la Sierra. Un recorrido que ofrece hasta cuatro niveles diferentes entrelazados, todos ellos.
Río Duratón en hidropedal (Segovia). Quizás más que un deporte, pueda considerarse una actividad de recreo y ocio. Pero es una muy buena forma de adentrar a los niños en todo este entorno acuático-deportivo y las extremidades inferiores trabajan por igual, pues son ellos quienes pedalean para ir desplazándose a los largo del río. Si bien, esta opción suele ser en aguas muy mansas, por las características de la propia embarcación.
Ahora que ya no hay excusas que valgan, sólo tienes que dar el paso y mojarte un poco los pies y, a lo mejor, ¡ni tan siquiera eso!
Creado por Sara Broto (@SaariBroto)