Montar a caballo no solo es montar a caballo. Cierto es que en todos los deportes se activa la adrenalina innegablemente, pero la equitación se convierte en casi un arte para quien la disfruta, desde cualquier posición. Por su movimiento, su elegancia y por ser una de las pocas prácticas que entrelazan animal y ser humano, hoy le damos un merecido espacio.

La equitación es catalogada, en concreto, como un deporte ecuestre. Esto significa que se practica contando con la intervención de caballos, tal y como sucede en otras disciplinas como el polo, las carreras de trote, el skijöring o esquí tirado o bien, el rodeo.

Como deporte olímpico se desdobla en tres categorías conocidas bajo las nomenclaturas de doma clásica, salto de obstáculo y prueba de los tres días. 

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Doma clásica

O lo que es lo mismo, el adiestramiento del caballo. Sí, es una de las especialidades más significativas dedicada, en integridad, al desarrollo del caballo por medio de un entrenamiento profundo y dilatado, pero destacado, ante todo, por su equilibrio y respeto hacia el animal.

Una preparación continua llena de armonía y agilidad, en la que caballo y jinete han de parecer volverse uno solo y que nace en pleno Medievo, cuando los oficiales de caballería pretendían ejercitar su galope.

En esta disciplina es vital la ejecución regular, elástica y ligera de los aires, siendo estos los tres movimientos fundamentales del caballo, paso, trote y galope (dispuestos en orden a su intensidad).

Queda recogida, cada cuatro años, en la competición ecuestre de mayor peso a nivel internacional: los Juegos Ecuestres Mundiales, celebrados por única vez en España en el año 2002, con sede en Jerez de la Frontera.

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Salto de obstáculo

Su denominación lo dice todo, pero conocido también como salto ecuestre, se refiere a la práctica en la que el binomio jinete/caballo ha de superar una serie de obstáculos verticales o de altura, de diferente dificultad, colocados en un orden preestablecido.

Para el público, y desde una perspectiva estética, es una de las habilidades más espectaculares de la equitación. En sus orígenes, aunque algo dispersos, se le relaciona con su empleo dentro de la caza, como un desplazamiento surgido de forma natural.

Esta categoría requiere de una especial pericia y en lo que concierne a su competición, lleva consigo una serie de penalizaciones por circunstancias tales como la posible caída de caballo o atleta (jinete), el derribo de uno de los obstáculos o no respetar el orden indicado por la normativa.

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Prueba de los tres días

Es, sin ir más lejos, el concurso completo de equitación que alberga la combinación de tres de las disciplinas principales de este deporte.

Por un lado, las ya antes mencionadas, doma clásica y salto de obstáculo y, en tercer instancia, el cross-country o campo a través.

Este último consiste en realizar una carrera de obstáculos en campo a través y no en circuito cerrado, como sucede en el salto ecuestre, por lo que prima medir la resistencia, rapidez y vitalidad del caballo competidor, de manera que este se sienta más libre en sus movimientos.

Además, el cross-country cuenta con dos alternativas en cuanto al contenido al que se enfrentan caballo y jinete. Se ofrece, de una parte, una ruta de mayor duración en tiempo, pero más sencilla y, de otra, una ruta bastante más acotada en tiempo, pero que implica una intensidad elevada.

Como dato curioso y retomando la disciplina que da título a este apartado, denominada prueba de los tres días, cabe resaltar que llevaba implícita la duración del evento, pero en los últimos años tan solo la prueba de doma conlleva dos días, en muchos de los casos.

«El jinete necesita de la concentración y la capacidad de juzgar distancias del jugador de golf, de la fuerza y la resistencia de un jugador de hockey y de la fluidez artística y habilidad para hacer que algo difícil parezca fácil y elegante como la de una bailarina.» Anónimo.

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