El 30 de Abril de 2015, debutaba en la liga ACB Luka Doncic, en un partido que enfrentaba al Real Madrid contra el Unicaja. A sus 16 años y 2 meses se convertía en el jugador más joven de la historia del conjunto blanco en debutar con el primer equipo y en el tercer jugador más joven en debutar en la ACB.

Aquella convocatoria fue recibida por los aficionados madridistas con una gran ilusión. Casi todas las semanas llegaban noticias de un chaval esloveno que en la cantera del Real Madrid batía registros durante todas las semanas y que acumulaba MVP en todos los torneos. Era evidente que su sitio estaba en la elite y no tardaría en demostrarlo.

Recuerdo que, en aquel partido, Luka salió con el partido ya decidido en el último cuarto a falta de 1.24 para la conclusión del partido dándole relevo a K.C Rivers en medio de una gran ovación. Cualquier chaval se derrumbaría ante tanta expectación, pero Doncic no era un cualquiera, y haciendo un gran alarde de personalidad, se jugó un triple desde la esquina que entró sin tocar el aro. Era el preludio de un jugador especial.

Desde entonces, la progresión de Doncic fue meteórica. Se decía que era demasiado joven para jugar en un equipo de tanta exigencia como el Real Madrid pero el tiempo terminó dándole la razón a Pablo Laso y a todos los que apostaron por él. «Wonderboy», como así le apodaban, iba mejorando sus registros en cada partido y como era inevitable, sus exhibiciones llamaron la atención de múltiples franquicias de la NBA.

Su explosión definitiva llegó en el eurobasket de 2017, en el que Doncic formó una pareja estelar con Goran Dragic. Con tan sólo 18 años empezó a demostrar que Europa se le quedaba pequeña y tras la grave lesión de Llull asumió el liderazgo del Real Madrid en una temporada histórica en la que su equipo conquistó la ACB y la Euroliga y Doncic fue el MVP de la liga regular ACB, del Top16 de la Euroliga y de la Final Four.

Era un secreto a voces que Luka Doncic sería elegido en una posición alta en el draft y los rumores llegaban durante todas las semanas. En el último partido de la final de la ACB en Vitoria, ante el Baskonia, Luka anotaba la que sería su última canasta como madridista, un triple genial casi sobre la bocina de la posesión a una sola pierna, que dejaba el partido y la liga casi sentenciada para el Madrid.  Cosas del destino, debutó con un triple y se marchaba con otro.

Y llegó el Draft de la NBA, celebrado el 21 de Junio de 2018 y que había despertado un gran interés mediático por la presencia de un elenco de jugadores provistos de un gran físico y que habían llamado la atención de numerosos analistas. Quizás Doncic despertaba dudas por no ser tan atlético como DeAndre Ayton, Marvin Bagley, Mohamed Bamba o Jaren Jackson, auténticos portentos físicos, pero muchos técnicos vaticinaban que salvo el poderío anotador de Trae Young, no había un jugador con tanto talento puro como Luka Doncic.

Tal y como cabía de esperar, las franquicias NBA apostaron por el físico y Deandre Ayton, considerado como un David Robinson 2.0, fue elegido en primer posición del draft. Sacramento optó por Marvin Bagley, otro ala pívot atlético capaz de jugar por encima del aro y anotar de fuera, y Atlanta eligió a Doncic en tercera posición, traspasando al esloveno a Dallas Mavericks a cambio de Trae Young. La franquicia texana, valedora de Doncic a través de Don Nelson, Carlisle, Mark Cuban y Nowitzky, le acogían con una gran esperanza. Los Mavericks, en plena reconstrucción, otorgaban a Luka la posibilidad de liderar su proyecto formando pareja en la dirección del equipo junto al explosivo base Dennis Smith JR.

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Autor: RTVE

Como suele ser habitual en la NBA, siempre se suele ser reticente con los jugadores procedentes de Europa por cuestión de su físico, pero el tiempo ha demostrado que ese concepto suele ser un error como han demostrado Pedja Stojakovic, Manu Ginobili, Pau Gasol, Dirk Nowitzky o Andrei Kirilenko entre muchos otros. Y no tardaría Luka en darle la razón a Don Nelson y al resto de ojeadores de Dallas. Tras un debut algo irregular ante los Suns, en que a Luka le pudieron las ganas de mostrar una buena impresión, Doncic empezó a demostrar su enorme potencial ganándose de inmediato la confianza de Carlisle y moviéndose en unos sorprendentes promedios de casi 20 puntos por partido.

Y de repente, la NBA comenzó a asombrarse por un rookie que pese a sus 19 años, jugaba como un auténtico veterano, leyendo los partidos con una madurez insólita para un chico de su edad y que aportaba grandes soluciones a su equipo. Los aficionados de Dallas se frotaban las manos viendo como un jugador con un físico y estatura propia de un alero, podía jugar en múltiples posiciones dirigiendo a su equipo como un base, penetrando o lanzando con la fiabilidad de cualquier exterior y posteando y reboteando con gran intensidad en la zona. 

No tardó en surgir una especie de «Lukamania» en una NBA siempre dispuesta a acoger a nuevos ídolos entre los que Luka Doncic ha encontrado su sitio. Sus triples tras su famoso stepback y su maestría en el arte del crossover, le han convertido en uno de los mejores «rompetobillos» de la NBA, una suerte que ya han sufrido grandes estrellas de la NBA que se han medido a Doncic como James Harden, Kyle Irving o defensores tan reputados como Clint Capela.

Es cierto que es demasiado pronto para valorar si Luka Doncic podrá terminar como rookie en la NBA, pero de momento ha conseguido acallar a todos sus detractores y ganarse el respeto y la admiración de aquellos que dudaban de su talento y de que Europa es una de las mejores canteras del baloncesto mundial. En 25 partidos, Luka promedia 18 puntos, 6,8 rebotes y 4,4 asistencias por partido, con un 42,5 en tiros de campo, un 36,9 en tiros de tres y un 79.5 en tiros libres. Pero por encima de los números hay que valorar el impacto en su equipo y como ha cambiado la dinámica de un club que la temporada pasada fue uno de los peores de la NBA logrando tan sólo 24 victorias, mientras que en la presente temporada acumulan 15 victorias, siendo el 7º mejor equipo del Oeste y uno de los mejores equipos como local, donde han sumado 12 victorias. Unas cifras que demuestran que quien tiene un Doncic, tiene un tesoro. ¿Cuál será su techo?

Creado por Rafael Roldán

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