La derrota del pasado Domingo de Ramos, supone un capítulo más de la crónica de una muerte anunciada. La gestión queda, una vez más, en evidencia.
Punto de inflexión para el Córdoba CF. Tras la dura y vergonzosa derrota ante el CD Lugo por cero a cuatro, las aspiraciones por seguir en el fútbol profesional se antojan altamente complicadas. Por no decir imposible.
Las declaraciones de los propios protagonistas, demuestran que el descenso ya es una realidad. Y que el club debe pensar en el futuro y en intentar llevar a cabo un proyecto que al menos, pueda parecer viable. Por lo pronto, dicho proyecto empieza en el pozo de la Segunda División B.
Nadie podía imaginar que solo un año y medio después de la salida de González, el club pudiese estar hundido en todos los aspectos. Sobre todo, después de unos inicios ilusionantes y la salvación cosechada de la mano de Oliver y Sandoval allá por junio del 2018. Sí, Oliver y Sandoval, porque Jesús León no tiene ningún mérito de todo eso. Él solo es máximo responsable de la ruina deportiva, económica y social que hay hoy en día por tierras cordobesas.
Muestra de todo ello es la absoluta indiferencia que muestra el aficionado cordobesista. Sin saber qué hacer ni qué pensar. La sensación de no saber a quien creer. Y todo por culpa de unos incompetentes que han tomado decisiones sin meditar. O sí, lo que los convertiría en sinvergüenzas. Algo que se sabrá en los próximos meses.
Lo que sí es seguro es que son mentirosos. La credibilidad de la junta directiva presidida por Jesús León (autodenominado “el tieso de Montoro”) pasa por momentos delicados. Ejemplo de cómo exprimir el libro de las excusas al máximo, queda demostrado que no han realizado nada bien. Y mira que es difícil hacerlo todo mal, pero lo están consiguiendo. Impagos, mentiras… la mezcla perfecta para dirigir un club de fútbol profesional. Aunque parece que el señor León no sabe ni dónde está.
Hasta tres entrenadores (o cuatro si contamos a Francisco) han intentado salvar al Córdoba CF de un destino predestinado para los blanquiverdes. Ya desde el verano, se vivieron momentos atípicos en una entidad, como la salida de Francisco y la vuelta de Sandoval (en el que León no confiaba dos meses antes) o la llegada de Berges, inexperto en la faceta de director deportivo e incompetente, aunque esto último lo ha demostrado posteriormente. Después llegaría Curro Torres, el “elegido” de Berges según su prensa afín, y demostró por qué estaba sin equipo.

Por último, un cordobés (que no siempre es sinónimo a cordobesista) Rafa Navarro, que también demostró no estar preparado, ni de cerca, para la oportunidad que le llegó (o que buscó). Y tampoco ha sido muy inteligente con ciertas declaraciones, en las que intentaba esconder lo ocurrido. O es que vive en otro mundo, que también pudiese ser. Tras el encuentro ante el Lugo dijo la única verdad desde que está en el club, y es que es momento de pensar en el futuro y crear un proyecto nuevo. Esperemos que con personas competentes y que busquen lo mejor para el club, y no sus intereses personales, como bien han demostrado los presentes. Alguno pensaba que esto era Tercera División. Aunque cada vez se esté más cerca.
Los que sí están más que preparados son aquellos empleados de oficina que llevan más de dos meses sin cobrar por culpa de la actual gestión. O todos los servicios sin pagar de numerosas empresas en los últimos meses. Porque la culpa no es de la herencia, ni de Tebas ni de González. Aunque les vino muy bien a toda la prensa para defender lo indefendible. Ahora parece que se les han acabado las excusas y solo pueden criticar lo que es una ruina en todos los aspectos. O el “tieso de Montoro” les ha retirado los privilegios que mantenían ese escudo salvador contra cualquier crítica.
Es momento de reflexión y tal y como dijo Navarro, “dar la cara y asumir la parte de cada uno”. Por lo pronto, Jesús León sigue sin salir a dar explicaciones de lo ocurrido. Ni a explicar su gestión o aclarar los numerosos impagos que pueden llegar a arrastrar al club a la quiebra absoluta. Decían que era difícil hacerlo peor que González. Con él, el filial era quien jugaba en la categoría de bronce. Pero no hay problema, con el montoreño jugaremos la Europa League, tal y como él prometió en numerosas ocasiones.
Un par de meses de competición, que se le hará eterno a más de uno. Sin embargo, para desgracia del club, lo extradeportivo pasará a un primer plano, por lo que habrá que saber qué ocurre en las oficinas y en los juzgados. Mientras tanto, al aficionado cordobesista no le quedará otra que esperar, mientras los de chaqueta y corbata se intentan cargar un sentimiento. Lo intentan, porque un sentimiento nunca acaba.
Realizado por Sergio Varo (@srgvaro)