Tras eliminar a los jóvenes Sixers, Boston se enfrentará al mejor LeBron James por obtener el billete a la Final de la NBA. Unas finales que los Verdes no pisan desde 2010 y que no ganan desde 2008, en una serie contra los Lakers que rememoró los viejos tiempos de Magic Johnson y de Larry Bird.
Aprovechando que se cumple una década del último anillo que ganaron los Celtics, hemos decidido hacer un repaso de esa mítica final en la para siempre quedará la imagen de un Paul Pierce saliendo de la pista en silla de ruedas para luego volver y ganar él el partido. ¡Acompañadnos en este viaje!
Paul Pierce, el último Verde
En 1998, los Boston Celtics escogieron en décima posición a un jovencísimo Paul Pierce. Este chico, natural de Oakland y fan de los Lakers desde pequeño, no podía creer como había tenido tan mala suerte: le tocaría jugar con la camiseta de su archienemigo.
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Paul Pierce, elegido por Boston en el draft de 1998 Fuente: paulpierce.net |
Pero tras un altercado en septiembre del 2000 que a punto estuvo de costarle la vida, Pierce demostró que había nacido para ser un Celtic. De hecho, volvió con tal fuerza que fue el único jugador de su equipo que jugó todos los partidos de regular season.
Tras años de lucha y de dedicación, su esfuerzo se vio recompensado en 2008 al ganar el anillo, derrotando 4-2 a los Lakers en las finales.
Continuó agrandando su legado en la franquicia hasta convertirse en el segundo máximo anotador de Boston, solo por detrás de John Havlicek. Además es el jugador que más recuperaciones y más triples ha conseguido en la historia de los Celtics.
¿Cómo se formó el Big Three?
El 28 de julio de 2007, Danny Ainge envió a Seattle a Wally Szczerbiak, a Delonte West y a Jeff Green a cambio de Ray Allen y de Glen Johnson.
3 días después, el 31 de julio, Ainge desmontó medio equipo (Gomes, Green, Ratliff, Jefferson, Telfair, una primera ronda protegida “top3”, otra primera ronda y además, dinero para cuadrar las cuentas). Hasta un total de siete jugadores fueron destinados a Minnesota. Y a Boston llegó Kevin Garnett.
Ambos se unieron a Paul Pierce, creando uno de los Big Three más famosos.
Rondo, motor del Big Three Boston juntó a tres superestrellas de la liga, pero sería injusto olvidarnos de Rajon Rondo, el jugador que hacía funcionar el ataque de Boston. Todo un maestro del
fake passa la hora de atacar, un auténtico perro de presa a la hora de defender… Y todo esto dentro de una mente loca con un
peculiar ritual al inicio de los partidos.
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El Big Four de los Celtics: Rondo (9), Pierce (34), Garnett (5) y Allen (20) Fuente: nba.com |
Y además, ese posible Big Four estaba secundado con Kendrick Perkins en la pintura, con Sam Cassell al timón, con Tony Allen en la defensa o con Brian Scalabrine en el banquillo.
La temporada regular
Empezaron encadenando 8 victorias consecutivas, y después de dos meses de competición habían cosechado un balance de 29-3 (5 de enero de 2008). Luego pasaron por un bache (3 derrotas en 4 partidos: una contra los Bobcats y dos contra los Wizards). Esta mala dinámica continuó hasta finales de febrero (9 derrotas en 21 partidos, mala racha para un equipo aspirante a tener el mejor balance de la temporada). Pero luego fueron sumando y sumando, perdiendo solo 4 partidos más en los dos últimos meses de competición para terminar con un balance de 66-16, el mejor de toda la liga.
Garnett y Pierce fueron seleccionados para disputar el partido de las estrellas. KG fue el jugador con más votos de su conferencia, pero una lesión le impidió disputar el encuentro. Otra lesión, esta vez de Caron Butler, permitió a Ray Allen ser seleccionado en detrimento del escolta de los Wizards. Además Doc Rivers fue el entrenador de los All-Star del Este, quienes acabaron venciendo.
Al final de la temporada Garnett fue incluido en el mejor quinteto de la NBA y en el mejor quinteto defensivo, además de recibir el premio al mejor defensor del año, siendo el único jugador de la historia de los Celtics en conseguirlo. Pierce fue seleccionado para el tercer mejor quinteto. Por otra parte Danny Ainge consiguió el premio al ejecutivo del año, sencillamente por juntar semejante Big Three.
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Kevin Garnett con el trofeo al mejor defensor del año Fuente: nbamaniacs |
Camino a las Finales: nadie dijo que sería sencillo
En primera ronda se enfrentaron a Atlanta (8º clasificado). Los Hawks, guiados por Mike Bibby, Joe Johnson y Josh Smith, llegaron a forzar el séptimo partido contra todo pronóstico. Sin embargo, en el encuentro definitivo Boston fue absolutamente superior (65-99).
Ya en semifinales, tuvieron que volver a sudar sangre para ganar. Esta vez contra Cleveland (4º clasificado). Contra LeBron James. Contra El Elegido. Los Cavs también forzaron el séptimo partido, un duelo a muerte que enfrentó a dos titanes: Pierce (41 puntos) contra LeBron (45 puntos). Finalmente Boston salió vencedor por un ajustado 92-97.
En la final esperaba Detroit (2º clasificado). Eran ya los últimos coletazos de los Bad Boys 2.0 con Rasheed Wallace, Tayshaun Prince, Chauncey Billups o Richard Hamilton (excepto Prince todos estaban ya en la treintena). Ganó Boston 4-2.
Solo los Lakers les separaban del anillo. Siempre tenían que ser los Lakers.
¿Superhombre o impostor?: la pregunta que vale un anillo
Se enfrentaban una de las rivalidades más míticas del deporte mundial. Una final de la NBA que no se daba desde 1987, cuando Magic le ganó el anillo a Bird. La expectación era máxima. Medios de todo el mundo seguían el evento en directo. Había muchísimas ganas, muchísima ilusión. Kobe Bryant buscaba su cuarto anillo. Pierce, Allen y Garnett buscaban todavía el primero.
El primer partido se jugó en el feudo Verde, en el TD Garden. Tras una primera mitad muy igualada, en el tercer cuarto Pierce congeló Boston. Con un marcador de 62-58 a favor de los Lakers, el alero californiano se lesionó y tuvo que salir de la pista en silla de ruedas entre ostensibles gestos de dolor. Después volvió al banquillo y se puso a calentar sobre una bicicleta estática a la vista de todo el público, que no dejó de corear su nombre. Luego saltó a la pista y enchufó dos triples consecutivos, provocando por igual el delirio de los aficionados y la perplejidad de los rivales. Atónitos, los Lakers no fueron capaces de reaccionar ante la eufórica marea verde.
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Pierce, llevado en silla de ruedas al vestuario Fuente:basquetplus |
El segundo partido también se disputó en el Garden, aunque esta vez tuvo un desarrollo distinto para un final idéntico. Y es que a pesar de que Boston ganaba por 24 puntos a falta de ocho minutos, los visitantes remaron para recortar la diferencia a dos puntos cuando solo quedaban 38 segundos. Pero Pierce y Powe cerraron el partido desde la línea de tiro libre.
Voló la serie a los Ángeles, con los Lakers obligados a ganar. Kobe se echó todavía más el equipo a la espalda y logró 36 puntos. Por otra parte, Garnett y Pierce estuvieron desactivados en ataque. Los angelinos recortaban diferencias en la serie y ponían el 2-1.
El cuarto partido empezó de cara para los amarillos. Con rentas favorables de hasta 24 puntos, todo parecía que la serie se iba a igualar. Hasta que los chicos de Phil Jackson vieron como les encajaban un parcial en contra de 21-3 y echaban a perder todo el trabajo realizado: a falta del último cuarto el marcador era de 71-73 para los locales. Culminaron la remontada los verdes poniendo el 3-1 en la serie.
Nadie hasta entonces había remontado un 3-1 en contra en las Finales (tendríamos que esperar a 2016, aunque ya hubo un equipo que pasó de perder 3-0 a perder 4-3).
El quinto partido también se disputó en el Staples Center de Los Ángeles. Empezó como el anterior. Al primer minuto del segundo cuarto los Lakers ganaban por 19, aunque finalmente se fueron a vestuarios solo 3 arriba (52-55). Tras el descanso volvieron a ampliar rentas los locales (hasta los 14 puntos) pero a falta de noventa segundos los Celtics empataron el encuentro. Una buena jugada defensiva de Kobe sobre Pierce inclinó la balanza a favor de los locales que ponían la serie 3-2 para Boston.
Y se desató la locura El sexto partido se jugó en el TD Garden. Y a partir del segundo cuarto fue un absoluto recital de los Celtics. Una dura defensa (18 robos, récord de una final) secó el ataque de los Lakers (35-58 al descanso). Y tras la reanudación el choque siguió en la misma línea, hasta llegar al definitivo 92-131.
90 puntos, 28 rebotes, 24 asistencias y 14 robos entre los cuatro miembros del Big Four. Una absoluta barbaridad que destrozó cualquier esperanza amarilla. Nadie quiso esperar hasta el final: en el último cuarto la fiesta había comenzado. El público en pie, el banquillo de Boston celebrando el triunfo… Hasta bañaron con Gatorade al entrenador, Doc Rivers, lo que obligó a parar el partido.
Paul Pierce, el hijo pródigo de Boston, fue coronado como MVP. Y los Celtics lograron su primer anillo desde 1986.
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Ray Allen (izq), Kevin Garnett (centro) y Paul Pierce (drcha) celebrando el título de campeón Fuente: bostonceltics-fan.blogspot |
El pique Rondo-Allen: una enemistad con rumbo a Miami
Según cuenta Ray Allen en su biografía (From the outside: my journey through life and the game I love, 2018), Rajon Rondo tenía un ego desproporcionado. “Yo os llevé al campeonato de 2008” son palabras atribuidas al base. También habla de un intento de traspaso a Phoenix que involucraba a ambos y que Rondo frenó.
Su mala relación hizo que Allen no renovase contrato, convirtiéndose en agente libe y firmando por los Heat. Al año siguiente Boston acabó desmontando el equipo que les llevó a la gloria traspasando a Pierce y a Garnett.
¿Reconciliación a la vista?
En Area 21, un programa de la TNT presentado por Kevin Garnett, se reunieron Perkins, Pierce, Rondo, Glen Davis y el propio KG, entre otros. Hablaron de diversos temas, pero el principal fue la fiesta que tenían que organizar para conmemorar el anillo de 2008. El actual base de los Pelicans contó que se había puesto en contacto con todos, menos con PJ Brown (no lo había podido localizar) y con Ray Allen (no era bienvenido desde su marcha a Miami, que sentó como una traición tanto en el vestuario como en la afición verde)
Sin embargo, y por insistencia de Paul Pierce, Rondo cedió a la presión y más tarde anunció que todos estarían invitados, incluido Allen.
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Paul Pierce: «Hora de enterrar el hacha de guerra» Fuente: Instagram |
Mario Pedrol
Acerca del autor
Graduado en Periodismo y entrenador de fútbol (Nivel II). Buena presencia, puntual y gran capacidad para el trabajo en equipo. Persona responsable, con cualidades para desenvolverse en el ámbito deportivo y comunicativo.
Estudios realizados en la Universidad de Sevilla. Experiencia en el fútbol: Categorías Inferiores del Córdoba CF (2009-actualidad). Último trabajo: Coordinador Fútbol Formativo Córdoba CF.