En primer lugar vamos a intentar explicar el concepto de draft. A grandes rasgos diríamos que es una ceremonia anual en la que, tras observar y analizar a multitud de jugadores de todo el planeta, se seleccionan actualmente a los 60 más prometedores.
Es lógico que los ojeadores se equivoquen y ocurran situaciones imprevistas: que el elegido en primera posición sea un chasco (ya sea por lesiones como le ocurrió a Greg Oden o simplemente porque no respondieron a la hora de competir como Michael Olokowandi) o que se produzcan los llamados “robos del draft”, es decir, jugadores elegidos en una posición más o menos retrasada y que después resultaron ser candidatos a entrar en el Hall of Fame (Willis Reed, Joe Dumars, Clyde Drexler, Nate Archibald, Dennis Rodman o Manu Ginobili, entre muchos otros).
Pero comprender cómo funcionan los engranajes de la selección de novatos no es nuestro objetivo. Aquí daremos un paso más e intentaremos saber cuál merece llevar esa etiqueta de “mejor draftde la historia”. Para ello hemos elegido las cinco ceremonias candidatas: la de 1984, la de 1985, la de 1996, la de 1999 y la de 2003.
Estableceremos un ranking argumentando por qué hemos elegido ese orden y no otro. Somos conscientes de que cada lector tendrá su draftpreferido, pero aquí intentaremos explicar los motivos de nuestro Top–5. Para ello valoraremos no solo los jugadores que se convirtieron en estrellas, sino también tendremos en cuenta qué jugadores de rotación salieron de ese draft. Porque solo los grandes jugadores son llamados a ser All-Star – y solo unos pocos serán miembros del Hall of Fame – pero los anillos los ganan las plantillas, no las estrellas. Quien de esto dude que haga caso al genial Andrés Montes y se informe acerca de “ese extraño elemento llamado Horry”.
En el quinto lugar tendríamos el draftde 1999. Es una elección un tanto discutible, pero es sin duda el mejor draft internacional: se seleccionó a Andrei Kirilenko (el mejor jugador ruso), a Manu Ginobili (el mejor jugador sudamericano) y a Wally Szczerbiak (aunque tenga nacionalidad estadounidense, él nació y se crió en España cuando su padre militaba en el Real Madrid; Wally fue un especialista en el triple hasta que las lesiones le lastraron). Además hay que destacar que jugadores como Pablo Prigioni y Theodoros Papaloukas no fueron elegidos aunque se presentaran en el draft. Si bien es cierto que sus registros en la NBA son pobrísimos (el segundo ni jugó), no hay que olvidar que ambos jugadores formaron parte de la época dorada de sus selecciones: Argentina y Grecia respectivamente.
Aparte de todos estos internacionales se seleccionaron talentos como Elton Brand (uno de los jugadores más infravalorados de la historia, apodado “Mr.20-10” por sus registros de puntos y rebotes pero muy desconocido para el público en general), Steve Francis, Baron Davis, Lamar Odom, Richard Hamilton, Shawn Marion, Jason Terry, Corey Maggette, Ron Artest…
Entre todos los jugadores suman 19 presencias en el All-Star y 17 anillos, sin olvidar que todavía hay jugadores de esa camada en activo como Ginobili o Terry.
En la cuarta posición estaría el draftde 2003. Jugadores como LeBron James, Carmelo Anthony, Chris Bosh, Dwayne Wade, Kirk Hinrich, Chris Kaman, TJ Ford, David West, Boris Diaw, Josh Howard o Kyle Korver fueron seleccionados. La razón por la que está en cuarta posición es simple: el brutal impacto que LeBron ha tenido, ya sea en los jugadores de la NBA (que lo califican de “el más odiado de todos los tiempos”) o ya sea en los jugadores adolescentes (esos que ya no dicen “quiero ser como Jordan” sino “quiero ser como LeBron”). Solo por él nos vemos obligados a poner su draft entre los mejores de la historia.
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De izquierda a derecha: Chris Bosh, LeBron James, Dwayne Wade y Carmelo Anthony Fuente: Diario Marca, 20/06/14 |
Como curiosidad añadiremos que José Manuel Calderón se declaró elegible, pero no fue seleccionado.
Entre todos suman 53 All-Star (47 entre LeBron, Wade, Carmelo y Bosh) y 24 anillos, sin contar que todavía quedan jugadores en activo y obviando los anillos logrados como entrenadores o asistentes (como Luke Walton en 2015, en el banquillo de GSW).
Ahora vamos a desvelar nuestro podio. Recordaremos que quedan los drafts de 1984, de 1985 y de 1996. Antes de continuar vamos a repetir que esta clasificación tiene pinceladas subjetivas, ya que todos tenemos debilidad por algún jugador (o por varios). No insistimos porque queramos ser pesados, sino para escudarnos de todo aquel que pueda no estar del todo de acuerdo.
No nos haremos más de rogar: allá vamos.
Y en el número tres…
¡El draft de Michael Jordan! El considerado por muchos como el mejor jugador de la historia del baloncesto solo ha podido llevar a la generación de 1984 al tercer puesto. Puede parecer increíble, pero no lo es. Lo que ocurre es que las otras dos (la de 1985 y la de 1996) atesoran muchísima calidad. Más increíble fue la elección de Sam Bowie por delante de Air Jordan, aunque tiene su explicación (que por desgracia no podemos desarrollarla aquí). Acompañando al mítico 23 tenemos a Olajuwon (uno de los mejores pívots), a Charles Barkley (llamado “el Gordo”, uno de los mejores ala-pívots al que Robert Horry le acusó de ser un mal defensor y de no tener ética de trabajo) y a John Stockton (uno de los mejores bases, que tiene los récords de más asistencias y de más robos en la NBA). Estos cuatro jugadores son miembros del Hall of Fame, al que habría que añadir a un quinto que fue Oscar Schmidt, aunque con matices. Pese a que los cinco fueron elegidos en 1984, Schmidt rechazó porque hubiera tenido que renunciar a su selección y decidió seguir jugando en Europa.
Este es el problema de este draft (y también del de 2003): la falta de grandes figuras complementarias. Hay cuatro miembros del salón de la fama (quitando a Schmidt si acotamos el terreno y ponemos la NBA como límite), y poco más. Robertson, Thorpe, Willis eran buenos jugadores de rotación, pero el resto eran necesarios para ocupar espacio, literalmente. En los años 80 y 90 se buscaban muchos pívots (era la figura que supuestamente ganaba los partidos), y cuanto más gordo y grande era el jugador mejor era para el equipo. Pero eran kilos de peso, no de calidad. Así que se quedarán con la medalla de bronce.
Destacaría como curiosidad el hecho de que solo cuatro jugadores han conseguido hacer un cuádruple doble en toda la historia de la NBA (conseguir dobles dígitos en cuatro apartados estadísticos que pueden ser: puntos, asistencias, rebotes, robos, y más tarde se contabilizaron los tapones). De estos cuatro, dos forman parte de este draft: Olajuwon y Robertson.
Resumiendo, entre todos suman 48 presencias en el All-Star (46 entre Jordan, Olajuwon, Barkley y Stockton) y 13 anillos (8 entre Jordan y Olajuwon). No hemos contando el anillo que Rick Carlisle – seleccionado en 1984 – ganó como entrenador de los Dallas Mavericks en 2011.
En segunda posición y rozando la gloria…
¡El draft de 1985! Dos años seguidos de incorporar grandísimos diamantes en bruto permitieron cosechar el excelente baloncesto de la década de los 90. Patrick Ewing, Charles Oakley, Chris Mullin, Karl Malone, Joe Dumars, AC Green, Terry Porter, Manute Bol, Arvydas Sabonis, Spud Webb… Es increíble cuánto talento reunido en una temporada, aunque con cierto truco: Manute Bol fue elegido en los drafts de 1983 y de 1985 (debutando en la NBA tras este último) y Arvydas Sabonis fue elegido en 1985 (no debutó por ser menor de 21 años), en 1986 (no jugó por circunstancias políticas) y hasta 1995 no pudo competir en la NBA.
¿Qué nos ofrece este draft? Pues muchas cosas: aparece el dúo Ewing – Oakley en Nueva York, Malone se convierte en la pareja de baile de Stockton en Utah, AC Green será el jugador que más partidos consecutivos dispute en toda la historia, Joe Dumars junto a Bill Laimbeer y a Isiah Thomas formarán los temidos Bad Boys (la pesadilla de Jordan), Spud Webb se convertirá en el campeón del Concurso de Mates con solo 1,70 metros de estatura…
Todo un sinfín de estrellas cuyo punto álgido se produce tras la formación del Dream Team para los JJOO de Barcelona de 1992.
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La selección estadounidense en los JJOO de Barcelona 92, conocida como «Dream Team» De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Ewing, Laettner, Magic, Robinson, Bird, Jordan, Daly (entrenador), Barkley, Mullin, Pippen, Stockton y Drexler. Fuente: Diario Marca, 22/09/11 |
En números, 44 presencias All-Star y 16 anillos.
El baloncesto de los 90 va a evolucionar gracias a Kevin Garnett (cosecha del 95) y sí, lo han adivinado, gracias a la siguiente y mejor generación: el draft de 1996.
¿Pero qué tiene este draft que no lo tenga otro? Pues la razón es muy simple, tiene de todo: desde la primera elección, ese pequeño descarado de 1,83 m y 75 kg en plena década de los pívots, ese driblador vertiginoso con “licencia para tirar”, ese hombre considerado como “el mejor jugador libra por libra” llamado Allen Iverson y al que el baloncesto actual le debe muchísimo, pasando por la curiosidad de que Kobe Bryant (uno de los mejores de la historia, el quinto según Slam Magazine) sólo fue elegido en la 13ª posición y sin olvidarnos de Ray Allen, el mejor triplista de la historia cuya carta de despedida es muy recomendable leer. Además salieron estrellas como Stephen Marbury (cuyo ego fue demasiado grande a pesar del jugadorazo que era), Steve Nash (MVP de la NBA durante dos años consecutivos y es el jugador que más veces ha logrado entrar en el selecto club del 50-40-90, casi nada), Predrag Stojakovic (combinando Regular Season y Playofftiene el mejor porcentaje de acierto en triples de la historia, disputando catorce temporadas), Jermaine O’Neal y buenos jugadores de rotación como Marcus Camby, Eric Dampier, Antoine Walker, Derek Fisher o Zydrunas Ilgauskas.
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Draft de 1996. Fuente: Revista Slam |
Y como colofón final vamos a añadir la no – presencia de Ben Wallace. Este jugador se declaró elegible, pero no fue seleccionado. Sin embargo acabó ganando el anillo en 2004 con Detroit Pistons, formando la versión 2.0 de los Bad Boys junto a Rasheed Walllace, Tyshaun Prince, Richard Hamilton y Chauncey Billups (como dijo este último, Detroit juntó a los jugadores que nadie quería). Sin contar con Ben, tenemos 64 presencias en el All-Star (18 solo con Kobe Bryant) y 19 anillos. De los cinco draftsseleccionados, este es el que consta con más participaciones en el partido de las estrellas, además de ser el segundo en número de campeonatos.
Terminaremos volviendo sobre nuestros pasos una vez más. No es nuestro objetivo dictaminar sobre el orden correcto del Top–5. Porque insistimos, no hay un orden correcto. Lo que pretendemos ilustrar es que la calidad de un draft no se mide solo porque salgan jugadores de la talla de LeBron James o de Michael Jordan. Su aura baloncestística es innegable, es cierto. Pero si luchan solos en su guerra contra el mundo estarán sentenciados a perder. Air necesitó a Scottie Pippen y posteriormente a Dennis Rodman. LeBron necesitó a Dyawne Wade, a Chris Bosh y después a Kyrie Irving. Repetimos, son los equipos los que ganan anillos. Jordan, James… Estos tipos hacen soñar, hacen querer ser como ellos. Pero si todos jugasen como MJ nos acabaríamos aburriendo. Puede sonar atrevido, pero no lo es tanto. Al aficionado le gusta ver la diversidad. Los mates de Jordan y de Wilkins, los tiros en suspensión de Ray Allen, las canastas sobre la bocina de Reggie Miller, los 13 puntos en 35 segundos de T-Mac, las defensas de Dikembe Mutombo, el repertorio de cross-overs de Iverson, el descaro de Garnett contra la serenidad de Duncan… A la postre no es un jugador sino la camada de rookies entera la que cala profundamente en el imaginario de una generación de aficionados.
Mario Pedrol
Acerca del autor
Graduado en Periodismo y entrenador de fútbol (Nivel II). Buena presencia, puntual y gran capacidad para el trabajo en equipo. Persona responsable, con cualidades para desenvolverse en el ámbito deportivo y comunicativo.
Estudios realizados en la Universidad de Sevilla. Experiencia en el fútbol: Categorías Inferiores del Córdoba CF (2009-actualidad). Último trabajo: Coordinador Fútbol Formativo Córdoba CF.