El conjunto ‘red’ selló ayer su victoria tras imponerse por 1-2 al Manchester City.
El partido se prometía intenso y no defraudó. En el minuto 2, se adelantaba el City por medio de Gabriel Jesús y el Etihad volvía a creer. Guardiola volvía a creer.
El partido era un auténtico monólogo. El Liverpool trataba sin éxito de salir a la contra, pero el City tenía la posesión, las llegadas al área y a un estadio que no dejó de apoyar para la causa. Tuvo incluso la oportunidad de irse con un 2-0 al descanso gracias a un gol de Sané pero el árbitro invalidó incorrectamente la jugaba por fuera de juego.
Así se llegó al descanso y nada más pitar el colegiado, Guardiola se fue hacia él y comenzó a increparle de forma que fue expulsado de inmediato. Iban a comenzar unos 45 minutos cruciales en la temporada del City, y su entrenador no estaba.
Salah no da tregua
En una jugada rápida donde Mané se internó en el área, el egipcio llegó desde atrás, recogió el balón suelto y marcó. Una vez más.Siempre él. Cuando más nervioso parecía el Liverpool, apareció la estrella, el que todos esperaban y volvió a dejar claro que está en el mejor momento de su carrera deportiva.
El gol dejó casi imposible la remontada al City que terminó por ver marchar sus opciones de clasificarse cuando en el minuto 78, Firmino anotó el segundo para los visitantes.
Se acabó un sueño y comenzaba otro
Tantos millones después, el City volvía a caer en cuartos. La afición ‘citizen’ volvía a ver como su equipo no era capaz de avanzar en Champions, un torneo que se le sigue resistiendo.
Guardiola volvió a caer ante Klopp, que volvió a demostrar que un equipo organizado, solidario y que sabe sufrir como eso, como un equipo, puede vencer a pesar de tener menos calidad en su plantilla.
El Liverpool continúa persiguiendo un sueño para el que sólo tiene que ganar tres partidos más: ser campeón de la Champions League por sexta vez.